1982: gris y mentiroso

Se conmemora un nuevo aniversario en homenaje a los muertos y caidos en Malvinas

Por aquellos años el país vivía bajo el régimen de gobierno militar que había usurpado el poder en 1976 a la viuda del Gral Perón, Doña María Estela Martinez. Época sombría, violenta; donde las fuerzas de choque civiles habían ganado la calle generando un desorden institucional y una violencia imposible de sostener. En ese marco, y con un gobierno débil y con escaso poder de decisión o sin una mirada a futuro firme; el segmento militar una vez más toma el poder en la Argentina. Otra vez las FFAA se arrogan el derecho a poner orden y se sucede un nuevo golpe militar en la historia de nuestra Patria. El peor de todos.

Así transcurrió una época sombría y triste para los argentinos. Con violencia institucional, con el cercenamiento de los derechos humanos, con muerte, destrucción, terrorismo de estado y desconocimiento del otro como individuo libre.

Pero el argentino no es un mediocre. Al argentino no le falta coraje para manifestarse y levantar su puño reclamando lo que cree justo. Así, ese gobierno nefasto se fue desgastando hasta que el mismo pueblo que en su momento lo aplaudió porque puso orden, hoy le reclama los derechos democráticos perdidos. Ese pueblo grita y lucha por su libertad.

En ese marco, en 1982 se desata la guerra de Malvinas. Un territorio perdido a través de la historia, pero sobre el que tenemos derechos territoriales que en ese momento deciden reclamarse a través de la declaración de una guerra.

Una guerra que el pueblo no sabía. Como tantas otras cosas graves que el pueblo no sabía. Una guerra que envió a nuestros jóvenes soldados sin experiencia a combatir contra un enemigo fuerte, bien armado y preparado para la lucha. Todos sabemos del constante espíritu colonialista de un país como Inglaterra. El Reino Unido era el dueño de las Islas Malvinas.

Y este loco e inescrupuloso gobierno de facto, mandó a nuestros pibes a pelear por su Patria pero desprovistos de todo…. Especialmente desprovistos de información. Una locura y un despropósito en esas condiciones. Pero en ese entonces no lo sabíamos.

No sabíamos que nuestros chicos se murieron de frío, que no tuvieron comida, que no estaban bien armados, que no tenían suficiente entrenamiento. Que no estaban preparados para una guerra.

No lo sabíamos. El gobierno de facto nos seguía mintiendo.

Un día volvieron. Algunos volvieron.

Y en esa insistente negación, los ocultaron y les obligaron a callar. Otra violación más de los derechos del otro. Un desconocimiento más de la lucha y la vida que dejaron allá. Una vez más que el pueblo no pidió ni reclamó nada.

Por eso hoy, les rendimos todos los honores. Les reconocemos a nuestros hombres de hoy, sus sueños de pibe de ayer. Lo que dejaron en las islas y en los mares en nombre de todos. Hoy son veteranos de guerra, y los que descansan allá, son nuestros héroes.