Jubilados toman justicia por mano propia

La reacción con armas de fuego para defenderse de malhechores, de jubilados que han dado muerte a los delincuentes, nos hacen repensar el papel de la policía y de la justicia.

- El viernes 17 de julio, Jorge Ríos (71) fue sorprendido mientras dormía por un grupo de delincuentes que ingresaron a su vivienda en Quilmes Oeste y lo golpearon salvajemente para que confesara dónde tenía dinero, luego de trepar la medianera de un vecino y arribar al fondo de la propiedad y otros dos cómplices se quedaron afuera a bordo de un auto haciendo de campana.

En ese contexto, Ríos extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros de su propiedad y les efectuó al menos seis disparos. Cuatro de ellos lograron escapar pero Franco “Piolo” Moreyra, de 26 años, que resultó herido, murió tendido en la calle y Ríos quedó detenido primero por homicidio con exceso de legítima defensa y luego por homicidio agravado por el uso de arma de fuego. El juez Martín Miguel Nolf le otorgó dos días después la prisión domiciliaria. 

- Lucas Nahuel Jerez, de 27 años, había recuperado la libertad hace relativamente poco, el 25 de abril pasado, después de cumplir una condena por amenazas y estar tres meses preso en la cárcel de Batán (Mar del Plata). El delincuente tenía frondoso prontuario: en los registros del Servicio Penitenciario Bonaerense figura que solo en los últimos cuatro años estuvo detenido siete veces por delitos de robo, robo poblado en banda, robo con armas y violación a la ley de estupefacientes.

El jueves 23, Jerez salió decidido a sumar un delito más a su larga lista de antecedentes. Junto a dos cómplices, intentó asaltar una casa ubicada en la calle Azopardo al 3300, en el barrio de Colinas de Peralta Ramos de la ciudad de Mar del Plata. Pero allí fue sorprendido por el dueño de la vivienda, Néstor Génova, de 81 años, que le disparó con una escopeta calibre 12 mm y lo mató.  

El hecho ocurrió alrededor de las 23 cuando los delincuentes saltaron un paredón de madera trasero y desmontaron una mampara que protegía el termotanque de la casa del jubilado. Luego, Jerez trató de ingresar al lugar por un ventiluz del baño. Sin embargo, Génova, que en ese momento estaba durmiendo, escuchó los ruidos de los ladrones, se levantó, tomó su arma y fue a ver qué sucedía.

 

Justicia por mano propia o ley de la selva?

La llamada justicia por mano propia implica aceptar vivir bajo el imperio de la ley de la selva, reemplazar la verdadera justicia por venganza y revancha, y consagrar aquello del “hombre lobo del hombre”. Pero es también un muy fuerte llamado de atención.

Suele crecer al amparo de la falta de respuestas adecuadas del Estado, de la policía, de la Justicia con mayúscula, de las instituciones; del crecimiento de la inseguridad, de la corrupción asociada al delito, de un falso garantismo coligado a la sanción de ese delito.

Voltaire lo expresó claramente: “Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos más tarde o más temprano”.

Es urgente atender ese llamado.